De pronto y casi espontaneamente surgió. En pocos días ahí estaban, en la puerta de casa. Habíamos quedado para cenar y ver que tal iba la cosa entre los tres. Tomamos algo y como de la nada estábamos los tres en el sofá con una mano aquí, la otra allá un beso a un lado una mano reclamando por aquí y los tres cuerpos buscandose. Sedientos, hambrientos. Todo fluía con la magia que solo en nuestros pensamientos cabría imaginar.
Pero no, no era un sueño, lo estábamos viviendo, sintiendo en primera persona. Es increíble la magia que brotó en ese encuentro.
Hubo mucha magia, mucha piel, muchas ganas, mucho cariño y mucho sexo.
Dos diosas ardientes de placer, de vivir, de sentir, de volar, sedientas, hambrientas, vivas.
Dos diosas y un pequeño y privilegiado hombre con no menos sed, ni hambre. Que por fin había encontrado la fuente mas fresca del mundo donde beber.
Dos coños, tres cuerpos, seis manos, seis labios, cuatro tetas, seis pezones...
Quien dijo que el tres era un mal numero?
Gracias Srtas...
QBB
Crea usted una hermosa imagen dejando todo el espacio a la imaginacion propia que cada uno queramos darle. Dificil combinación bien lograda
ResponderEliminarGracias Megara. Disfrute de su imaginación y de sus encuentros.
ResponderEliminarEsta mujer, la que suscribe, no encuentra palabras para describir cómo vivió su relato...Gracias por el, Sr.
ResponderEliminarA usted Srta. Me dejo sin palabra.
ResponderEliminarGracias.