lunes, 2 de octubre de 2017

Russian red


Y todavía la echo de menos, si, así es. 
Mientras cambiaba las sabanas, pasaba suavemente la mano por su lado para sacar las arrugas y mi mano aminoró la velocidad a la vez que mi cerebro pensaba en ella y un ligero escalofrío me recorrió el cuerpo.
Hace unos días me paso también que al ir a buscar algo al armario cayeron las bolsas donde guardo todos mis juguetes y que no tengo costumbre de cerrar.
Mientras los recogía, acariciaba cada uno de ellos y ponía imagen a un momento dado, en el cual ese flogger, esas cuerdas, ese micrófono, ese dildo, esa fusta... recorrían su cuerpo, la azotaban, ataban o no se cuantas cosas mas.
Con un sentimiento extraño los volvía a guardar en su sitio y pensaba. Hasta cuando?
Cada vez que veo unas uñas, unos labios de rojo, me acuerdo. Jamas olvidare el nombre.
Y cada vez que me doy la vuelta en la cama y veo que no hay nadie, también. Hay huecos que son difíciles de no extrañar.

Que extraños comportamientos, que trampas nos juega el subconsciente. Como cuesta olvidar lo que se ama. 

QBB

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