miércoles, 30 de diciembre de 2015

Vendaval de invierno.



La veia ir y venir un día y otro. Siempre corriendo, para arriba, para abajo. Yo no podía mas que mirarla, darme la vuelta y pensar, quien es ella?
Paso el tiempo y alguien nos presento, no se si fue alguien real o fue el tiempo en si mismo, no lo recuerdo.
Ella dijo, no me suenas de nada, yo sonreí y callé, sabia que  lo decía con la boca pequeña, a modo de escudo, llevábamos meses mirándonos con mas o menos discreción. Según me lo decía sus ojos estaban en mi, y yo hacia tiempo que ya era suyo. Creo que tanto como ella mía. 
Era esa clase de mujeres que sabes que estas irremediablemente perdido en su mirada, en sus deseos, en su mente, que no hay nada que hacer en cuanto su vista se clava en la tuya.
Es de esos amores que me gustan, que me llena, me turban, me vuelven loco, me vacian y me matan, es uno de esos amores por los cuales merece la pena morir una y otra vez. Como un vendaval llego, como el, marcho.
A día de hoy, todavía pienso algunas noches que eres demasiado parecida a quien busco para mí.


QBB

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