Hablamos tanto de la lluvia
que un trueno acabó atravesándome la garganta
y tuve que escapar.
Tu vida o tu corazón, me dijo alguien.
Como negarte a ti
y no negarme a mí en el intento,
como olvidar tu pelo,
como fingir que no estas
detrás de cada palabra que me perturba.
Era tan imposible.
Al final lo único que quedó
fue un miedo tan inmenso como inconfesable
y un deseo.
Porque cuando tú respiras
el mundo, a veces, se paraliza,
y otras, en cambio, se tambalea.
Que nos hicimos el amor
una noche que llovimos
y por eso te llevare conmigo
siempre.
Y que ojalá sonrías
y no te culpes
ni te castiges:
tú cambias vidas,
pero no destinos.
llovimos tanto que me ahogué.
-Extraido del poema de Elvira Sastre "Llovimos tanto que me ahogué" Gracias y disculpas por la
descontextualización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario